En la operación Taronja se ha desarticulado una red que adquiría en el extranjero armas inutilizadas, "muchas de ellas de guerra, como fusiles de asalto y subfusiles", que posteriormente manipulaban para ponerlas de nuevo en funcionamiento y comercializarlas a través de Internet.
Las armas se introducían en el país a través de paquetes postales.
La Guardia Civil destacó que la relevancia de esta operación era que las armas podrían ser destinadas a organizaciones terroristas yihadistas, ya que éstas adquieren su armamento en el mercado negro.
Uno de los ahora detenidos en Alicante tenía instalado en el garaje de su domicilio un taller clandestino para la reparación de los fusiles de asalto, subfusiles, pistolas, revólveres, rifles y carabinas, que hoy mostró a los periodistas la Guardia Civil.
La operación se ha desarrollado a nivel europeo coordinada por Europol.
El Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) ha detectado hasta ahora unos 200 indicios de conexión entre el yihadismo y la delincuencia organizada.
Según el Ministerio del Interior, la organización yihadista Estado Islámico (EI) habría dado instrucciones a sus combatientes de que ataquen dónde y cuándo puedan.
"Al ser armas de guerra, podían ser utilizadas en los conflictos terroristas", insistieron los portavoces de la Guardia Civil.
El diario El País informaba este domingo de que en "Cataluña hay 60 yihadistas que están esperando una señal para pasar a la acción".
La advertencia fue hecha por un policía experto en terrorismo islámico durante una conferencia a puerta cerrada ante 130 agentes de los cuerpos policiales a la que tuvo acceso el diario.