La condena fue impuesta por un juez del central estado de Michoacán, donde en las últimas semanas las fuerzas antidrogas han descabezado al principal cartel de la región, los autodenominados Caballeros Templarios.
La delegación de la PGR en Michoacán y el Ministerio Público federal aportaron las pruebas suficientes al juez, "quien dictó sentencia condenatoria de 409 años de prisión y el pago de una multa, contra una persona", informó en un comunicado el organismo de procuración la justicia federal.
La insólita sentencia a más de cuatro siglos de prisión fue resultado de probar la culpabilidad del acusado de delitos de "delincuencia organizada, privación ilegal de la libertad en la modalidad de secuestro y homicidio", indica el texto del veredicto.
Las investigaciones del proceso penal indican que el sentenciado pertenecía a una organización criminal, cuyo nombre no se ofrece y cumplirá su condena centenaria en una prisión federal en el estado de Veracruz.
Sin embargo, menciona que los delitos fueron cometidos en diversos secuestros y homicidios en el municipio de Zitácuaro, Michoacán.
Esa zona ha sido disputada por diversas mafias del crimen organizado que van desde los mencionados Templarios, Los Zetas surgidos de desertores del Ejército o el nuevo el cartel que despunta en el estado vecino, el Cartel Jalisco Nueva Generación, herederos del otrora poderoso Cartel del Pacífico también conocido como de Sinaloa.
La desproporcionada condena difundida por la fiscalía federal como un éxito inédito, tiene un significado más bien simbólico, porque en realidad la pena máxima de prisión es de hasta 60 años, dependiendo de las leyes de cada provincia.
Sin embargo, en 2014, para los secuestradores se ha aplicado una excepción, y ahora la pena máxima de prisión por esta categoría de delincuentes aumentó a 140 años.
La campaña de decapitación y condenas de mafias del narcotráfico mexicano está tejida con acciones espectaculares que repiten "una estrategia fallida comandada por EEUU y seguida por México al pie de la letra contra un monstruo de mil cabezas", dijo este viernes a Sputnik Nóvosti el experto Rubén Aguilar Valenzuela.
El autor de los libros La guerra fallida (2009) y Los saldos del narco, (2012), afirma que, a pesar del uso táctico de más aparato de espionaje e información de inteligencia, que fluye de manera bilateral entre los dos países, "la estrategia fracasará porque no cambia el paradigma punitivo aplicado durante décadas por Washington".
En el largo plazo, los recientes golpes en Tamaulipas, Juárez, Sinaloa y Michoacán, "han sido una constante desde hace décadas –prosigue el analista-, se captura o se abate a capos y siempre hay uno que vuelve a resurgir, el poder corruptor es muy grande".
"Es la guerra de nunca acabar, siempre habrá consumidores mientras nuestro vecino EEUU sea el mayor mercado de droga del mundo", puntualizó Aguilar.
