Armenia conmemora un centenario de las masacres de su pueblo por parte del Imperio Otomano con numerosos actos públicos a los que han sido invitadas delegaciones oficiales de varios países.
"La batalla contra el fenómeno del genocidio no es tan eficaz, ya que los intereses políticos prevalecen sobre la moral y la negación sobre el arrepentimiento", ha remarcado Saakián al intervenir en el foro "Contra los crímenes del genocidio", que concluye este jueves en la capital armenia.
Negar este hecho, añadió, significa un nuevo genocidio, nueva violencia, guerras y pérdidas de vidas humanas.
Saakián recordó también que muchas naciones han reconocido ya esa matanza de 1915 como genocidio.
"En Suiza, Eslovaquia, Grecia y Chipre los parlamentos han aprobado un documento especial que criminaliza la negación del genocidio, lo cual significa un nuevo nivel de condena frente a estos intentos de no aceptar este hecho, una comprensión más profunda del propio fenómeno del genocidio y una mayor responsabilidad por el futuro de la humanidad", ha destacado el legislador.
Turquía rechaza rotundamente que se utilice el término "genocidio" para calificar estos hechos, afirmando que las víctimas de esa tragedia fueron tanto armenio como los propios turcos.
La sensible reacción de Ankará al proceso de reconocimiento de esta masacre como un genocidio es precisamente una de las razones que complican las relaciones entre Turquía y Armenia.
Posteriormente le siguieron Rusia, Francia, Italia, Alemania, Holanda, Bélgica, Polonia, Lituania, Eslovaquia, Suecia, Suiza, Grecia, Chipre, Líbano, Canadá, Venezuela, Argentina y la mayoría de los estados de EEUU, además del Vaticano, el Parlamento Europeo y el Consejo Mundial de Iglesias.