Para materializar este proyecto el nuevo programa espacial del país prevé la creación de un complejo universal a partir de la modernización del cohete pesado Angará A5, ha precisado el director de la agencia espacial rusa Roscosmos, Ígor Ivanov.
La estrategia espacial contempla además estudios en profundidad de la Luna y de su superficie mediante sondas automáticas y robots para diseñar elementos clave de una futura base.
Asimismo el programa establece que hacia el año 2025 deben empezar las pruebas de una nave tripulada para los vuelos a la Luna.
El plan enumera entre otros objetivos el diseño de remolcadores orbitales, dotados de propulsión nuclear, para las naves tripuladas de nueva generación y el desarrollo de una tecnología basada en el principio modular para la fabricación de cohetes.
Todo ello le permitiría a Rusia hacerse con más del 30% del mercado de lanzamientos y fortalecer su posición como potencia en este ámbito, se destaca en el programa espacial.