“Lo que ocurre ahora en Yemen y en otras partes de esta región suponen la existencia de serias amenazas y no queremos que Irán se convierta en objeto de empleo de una fuerza ilegítima”, dijo el jefe de la diplomacia rusa en una entrevista concedida a las emisoras rusas Sputnik, Eco de Moscú y Habla Moscú.
Al comentar la decisión de desembargar los suministros de los sistemas S-300 a Teherán, Lavrov dijo que “los que querían atacar a Irán ahora lo pensarán dos veces”.
Reiteró que, al levantar el veto sobre estos suministros, Moscú solo hizo uso de su derecho y no infringió ningún compromiso.
"Es nuestro derecho. No hemos infringido nada", aseguró.
En 2007, Moscú y Teherán firmaron un contrato de casi 800 millones de dólares para el suministro de 40 lanzaderas del sistema antiaéreo S-300PMU-1.
Tres años más tarde, el entonces presidente ruso, Dmitri Medvédev, canceló la transacción para no infringir las sanciones internacionales contra Irán, a lo que el país persa respondió con una demanda judicial.
La semana pasada, el presidente ruso, Vladímir Putin, levantó mediante un decreto la prohibición de entregar los S-300 a Irán.
Durante la entrevista con Sputnik, Eco de Moscú y Habla Moscú, Lavrov anunció que Rusia continuará desarrollando la cooperación técnico-militar con la República Islámica.
“Desde luego que vamos a desarrollar la cooperación técnico-militar con Irán”, afirmó.
Agregó que en ese campo “hay muy buenas perspectivas”.
El canciller ruso subrayó que Moscú y Teherán “pueden hacer mucho” en el ámbito técnico-militar.