Esta situación tampoco se refleja en los "medios de comunicación" occidentales, a pesar de que ya han muerto nueve personas desde enero, el último ayer, explica a Sputnik Nóvosti Rubén Ruiz Ramas, investigador de la UNED y coordinador del portal Eurasianet.
El periodista Buzina, asesinado este jueves en Kiev, militaba en un partido prorruso por el que se llegó a presentar a las elecciones el pasado año.
El Gobierno de Petró Poroshenko tendría que mostrar mayor contundencia ante este tipo de violencia, afirma el especialista en el espacio postsoviético que ve intencionalidad política en algunos de estos asesinatos.
"Tampoco se ha profundizado en las investigaciones de las muertes durante la semana clave del Euromaidan". Todavía "no está claro si las muertes fueron consecuencia de los francotiradores de los antidisturbios de Yanukovich".
Y recuerda "la famosa conversación" entre la Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Catherine Ashton, y el primer ministro de estonio sobre que "en estas muertes podrían estar implicados también algunas fuerzas extremistas de la oposición". "Esta investigación ha quedado en nada" firma el profesor. Incluso los abogados de las víctimas se han quejado.
El caso más escandaloso de impunidad es la respuesta a los sucesos del 2 de mayo de 2014, cuando decenas de opositores murieron en Odesa. El balance oficial contabilizó 48 muertos y más de 200 heridos, mientras que la oposición sostiene que hubo 116 fallecidos.
Todas las investigaciones, según el experto, van "muy lentas" y tampoco ayudan las declaraciones de los autoridades ucranianas como la realizada por el diputado Oleg Lyashko, que ha dicho que "por qué va a lamentar la muerte del periodista" cuando tampoco se hubiera manifestado por la "muerte de Hitler o Stalin".
También el ministro del Interior y el Fiscal general ucraniano "han hecho manifestaciones muy parciales", afirma Ruiz, "dando a entender" que los asesinatos "no tenían nada que ver con rivalidades políticas".
Y recuerda que el ex diputado prorruso Oleg Kaláshnikov, asesinado este miércoles ante el portal de su casa de Kiev, había denunciado en diversas ocasiones "que recibía amenazas de muerte de rivales políticos" de "nacionalistas ucranianos" contrarios al homenaje que estaba organizando para el 9 de mayo, para conmemorar la victoria de la Unión Soviética ante los nazis. Pero las autoridades de Kiev no le dieron protección.