En 1988, el destacado lingüista y comentarista político estadounidense redactó conjuntamente con Edward S. Herman 'Manufacturing Consent', libro que denunciaba cómo los medios occidentales "fabrican consenso" en interés de las clases dominantes.
Aunque los modelos de propiedad de los medios de comunicación han cambiado desde que apareció el libro, hace 27 años, Chomsky considera que su función sigue siendo básicamente la misma.
En una reciente entrevista con Byline, Chomsky señaló que, a pesar de la aparición de nuevos canales, como las plataformas digitales, el análisis de entonces sigue siendo válido, ya que el flujo informativo discurre sobre todo por los mismos canales.
"No miro Twitter porque no me dice nada", dijo Chomsky, "me dice la opinión de la gente sobre muchas cosas, pero en muy poco espacio y necesariamente superficial, y tampoco tiene las noticias principales".
Según el intelectual estadounidense, en contra de lo que cree la mayoría de gente, la situación informativa incluso ha empeorado en muchos sentidos en estas últimas décadas.
"Ahora hay menos periodistas (cubriendo los eventos más importantes) que antes, eso supone una reducción de las fuentes informativas", afirmó.
Lo que el lector ve son "noticias locales, notas de las agencias de información, algunos artículos del New York Times y poco más", añadió.
Otra cuestión que sigue dominando el panorama mediático, en opinión de Chomsky, es la dependencia de la publicidad.
En su libro escribió que los medios de comunicación son empresas y, como tales, dependen de la demanda; en el caso de los medios de comunicación, de la audiencia y los anunciantes.
La audiencia se convierte, así, en un producto que se vende a los anunciantes.
Según Chomsky, este modelo comercial sigue siendo el dominante.
"El producto que se presenta al mercado son los lectores o espectadores", explicó.
Empresas como BuzzFeed, que utilizan una publicidad que se ajusta al contenido de la noticia, constituyen para Chomsky el ejemplo de "una intensificación de algo que no debería existir".
Durante la entrevista, el intelectual estadounidense también se refirió al escándalo de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas inglesas) revelado por el excontratista Edward Snowden.
Preguntado por si este escándalo afectaba a los medios, Chomsky contestó rotundamente que no.
"El modelo de negocio (de los medios de comunicación) está dispuesto a tolerar la exposición de los gobiernos que intervienen en la vida personas, ya que no quieren un Estado poderoso e intrusivo", explicó.
Chomsky recordó que las empresas privadas llevan a cabo una violación de la privacidad comparable a la de las agencias estatales como la NSA.
"Google y otros practican el espionaje para obtener datos personales sobre los usuarios, sus hábitos, interacciones, etcétera, para presentarles una información confeccionada a su medida; su espionaje es mayor que el de la NSA", sentenció.