"La política y los postulados ideológicos del grupo terrorista Estado Islámico (EI), orientados a la creación del califato, niegan abiertamente el derecho de los musulmanes a un Estado y a una identidad cultural", opinó Kabúlov mencionando que "en realidad esto significa que Afganistán volverá a ser base del terrorismo global".
Declaró que el EI quiere "en el futuro próximo enfrentar a los afganos con sus vecinos musulmanes y sumir la gran región asiática en una guerra fratricida", lo que llevaría "al colapso definitivo del Estado afgano".
El diplomático añadió que el EI todavía no tiene "fuerza suficiente para realizar este plan destructivo, pero los acontecimientos en la región se desarrollan rápidamente".
Un informe de la ONU, publicado anteriormente, estima que más de 25.000 extranjeros se han unido a las milicias islamistas del EI o Al Qaeda.
La mayoría de estos militantes, en torno a 22.000, se habrían desplazado a Siria e Irak; unos 6.500 a Afganistán; y el resto a Yemen, Libia, Pakistán y Somalia.