La medida recupera el 'derecho a comprar' residencias municipales, con fuertes descuentos sobre su precio real, que introdujo Margaret Thatcher en 1979 en la cruzada de la 'dama de hierro' para convertir el Reino Unido en una nación de propietarios.
ONGs en ayuda de los 'sin techo' y respetadas organizaciones financieras denuncian que la propuesta agudizará la actual crisis de viviendas a precios sostenibles para la mayoría de ciudadanos que se extiende por todo el país.
Cameron prometió extender el 'derecho a comprar' a los 1,3 millones de familias e individuos que arriendan su morada a asociaciones de viviendas, con rentas muy inferiores a las del sector privado.
The @Conservatives are the party of working people: we're giving 1.3m housing association tenants the right to buy their home at a discount.
— David Cameron (@David_Cameron) April 14, 2015
La venta de estos hogares conllevará descuentos de hasta el 70% de su precio de mercado, dejando un potencial agujero financiero en los principales proveedores de vivienda social y mermando el parque de residencias disponibles en el sector público.
El director de Crisis, Campbell Rodd, recordó que la "prioridad es construir casas asequibles, no vender las pocas que quedan en el sector social".
"Esta iniciativa será otro clavo en el ataúd de la vivienda asequible, que quizá beneficie a unos pocos afortunados pero no ayudará a los millones de personas con alquileres privados que a duras penas consiguen hacer frente a los precios disparatados y la inestabilidad", denunció el responsable de la ONG que contó con el respaldo de la princesa Diana de Gales.
Gavin Smart, subdirector del Instituto Homologado en Vivienda, advirtió a su vez que el plan de Cameron "no va a solucionar la crisis" en la provisión de domicilios, sino que perjudicará a la "gente con menos ingresos que no tiene acceso a un hogar decente a precios que pueden pagar".
El resto de partidos coincidió en su crítica de que la propuesta conservadora dañará las arcas municipales.
Incluso el alcalde de Londres, el conservador Boris Johnson, descartó hace unas semanas extender el 'derecho a comprar' los pisos de las asociaciones de viviendas porque, según dijo, "implica subsidios masivos" que correrán a cuenta de los respectivos ayuntamientos.
"Es una recalentada versión de uno de los grandes éxitos de Thatcher de los años 80, que pone en evidencia que los conservadores han agotado todas sus ideas", desacreditó Nick Clegg, el líder liberal-demócrata que compartió gobierno con Cameron en los últimos cinco años.