"La declaración es claramente tardía y más bien parece oportunista", dijo en entrevista vía telefónica la titular de la comisión encargada de las relaciones internacionales del Estado mexicano.
Sin embargo, "si algo puede ayudar México a ese encuentro es fantástico, aunque sea tarde, este país pudo haber jugado ese papel mediador y se dejó pasar el momento; porque este Gobierno no se ha dado cuenta el liderazgo que podría tener", sostuvo la senadora Cuevas.
El acercamiento entre EEUU y Cuba, y la presencia del presidente cubano, Raúl Castro, en la Cumbre de las Américas, "es lo más destacado que atraerá los reflectores; y el presidente está tratando de unirse a quienes pusieron las condiciones para el acercamiento, como lo ha hecho Canadá", señaló de la Peña, dirigente del Partido Acción Nacional (PAN, centroderecha).
"México debería haber sido el espacio de diálogo, encuentro y búsqueda de consenso, porque tiene muchos intereses en común con Cuba y EEUU, debería ser el espacio natural para el desarrollo de acuerdos entre esos dos países", antes del anuncio del deshielo de las relaciones bilaterales congeladas durante medio siglo.
A los presidentes Castro y Obama "les he externado nuestra disposición para contribuir en el proceso de normalización de relaciones si se considera conveniente", dijo poco antes el mandatario mexicano en entrevista con el diario El Tiempo de Bogotá, en la cual celebró la histórica participación de Cuba en el encuentro.
La senadora expresó que existe "una gran oportunidad para América Latina en esta Cumbre de reconfigurar una dinámica a nivel continental, porque históricamente se han considerado dos regiones separadas: América del Norte y América del Sur".
Esta Cumbre le ofrece a México "una oportunidad de oro, porque este país pertenece a nivel económico a América del Norte, pero también tiene una pertenencia histórica, cultural con América Latina".
"Los mexicanos tenemos una identidad en América Latina, pero existen dos regiones en el mismo continente y el reto es aprender a configurar una sola región en una nueva dinámica continental", enfatizó.
En cuanto a Obama, su papel "no es seguir imponiendo sanciones extraterritoriales, como el caso de EEUU contra Venezuela, que es una política claramente anacrónica, sino entender que América Latina y el Caribe necesitan jugar en el futuro en el mismo espacio con EEUU y Canadá y no verse como adversarios".
En esa nueva relación deben contemplarse una agenda de temas energéticos, de desarrollo regionales, de circulación de las personas y los flujos migratorios, y de derechos humanos, enumeró la senadora.
"Las violaciones a los DDHH y las prácticas autoritarias persisten, también los flujos de armas, las agresiones contra los migrantes", lamentó la presidenta de la comisión senatorial, añadiendo que "el tema del estado democrático de Derecho y el respeto a los Derechos Humanos es el reto más importante, sin el cual sería imposible pensar en el desarrollo económico".
En esa agenda, el respeto a los DDHH en el Continente "es un tema que debe estar presente en la Cumbre, y debe estar corrigiéndose como el tema de los derechos migratorios" en México y EEUU.
En el retorno de la diplomacia de EEUU a América Latina, el presidente Obama "ha dado varias sorpresas muy constructivas en los últimos, meses, en su relación con el tema migratorio, con Cuba, con Irán, es una apertura hacia un cambio de políticas y modelos internacionales".
"Es una muy buena apuesta del presidente de EEUU, porque sea quien sea su sucesor, hereda un estándar muy alto que podemos seguir exigiendo a los siguientes gobiernos en un nuevo contexto en el mundo y responde atinadamente a la exigencia actual", puntualizó Cuevas.
