"Hemos sufrido los efectos del embargo, basta con pensar en los productores agrícolas que en verano no pudieron vender sus productos y fue algo que afectó mucho el mundo mediterráneo", dijo.
El profesor indicó que varios países, entre ellos Italia, España, Grecia, República Checa, Hungría y Bélgica se pronuncian por dialogar con Rusia.
"La realidad es que el embargo fue una decisión más que nada comercial de inspiración política y que presupone el involucramiento de varios actores lo que provoca consecuencias y problemas tanto en Rusia como en otros países", subrayó.
Carteny apuntó que aislar a Rusia no corresponde a los intereses de nadie en el mundo.
"Varios ambientes en Occidente están dando cuenta de que incluso si las sanciones produjeran un efecto no incluiría obligatoriamente la adopción de una determinada postura, una retirada o una debilitación de Rusia", insistió.
Carteny subrayó que la única herramienta para prevenir los conflictos a nivel internacional es Naciones Unidas donde Rusia "es un factor fundamental porque forma parte del Consejo de Seguridad".
"La escisión entre Occidente y Oriente nunca ha favorecido a nadie y además todos en el mundo sentimos la ausencia de un papel protagonista de Rusia en contextos como, por ejemplo Medio Oriente donde avanza el Estado Islámico, donde aparecieron nuevos actores que se deben afrontar con mayor resolución", señaló.