Consciente de que su nivel de popularidad se encuentra en niveles alarmantes (19% en la última encuesta), Rousseff necesitará explicar a los brasileños por qué pretende recortar 66.300 millones de reales (21.171 millones de dólares) de gasto público, una cifra que muchos consideran que podría llegar a los 80.000 millones de reales (25.546 millones de dólares).
Entre otros aspectos, la campaña se centrará en retomar el protagonismo en las redes sociales, el cual se ha visto en los últimos meses eclipsado por los movimientos de oposición como Revoltados Online, Vemprarua o Movimiento Brasi Libre (MBL), que cuentan con cientos de miles de seguidores online.
Esta circunstancia produjo la semana pasada la salida del exministro de Comunicación Social, Tomas Traumann, quien había perdido el favor de la presidenta al filtrarse un documento elaborado por él sobre los "fallos de comunicación del Gobierno" en el cual se reconoció el uso de programas informáticos (bots) para la dispersión de publicidad favorable al gobierno en las redes sociales.