A la ceremonia inaugural asistieron el embajador iraní en Irak, así como los gobernadores de dos provincias limítrofes, la iraní Kermanshah y la iraquí Diyala.
Se trata del cuarto paso fronterizo que se reabre al tráfico y el más cercano a Bagdad. Su reconstrucción costó unos 10 millones de dólares, dijo el jefe del Consejo Provincial de Diyala, Mathna al Tamimi.
La reapertura del paso, según el funcionario, creará 1.500 empleos en esta provincia iraquí.