
Contenedores de metal a más de 40 grados y sin aire acondicionado, baños atascados y sin ningún tipo de mantenimiento, paredes y ventanas tapadas con papel tras ser alcanzadas por los disparos de los traficantes, etc.
"En un contenedor de estos los proyectiles de fusil atraviesan las paredes sin ninguna dificultad. No se puede decir que estemos seguros", criticó otro agente que reconoce además que la mayoría de los UPP no tienen fusiles para todos sus miembros y que apenas mantienen las armas de las que disponen.

"No podemos ni beber agua, para eso hay que comprarla porque los vecinos jamás nos dan agua", explicó uno de los policías quien reconoció la fuerte hostilidad de las personas de las favelas del Alemao con los miembros de las UPP.
"Tengo miedo de comer en los restaurantes de la región, uno nunca sabe lo que pueden poner en su comida", añadió.
Por su parte, el secretario de Seguridad de Río de Janeiro, José Mariano Beltrame, afirmó que "muchas cosas van a cambiar" y que existen dos proyectos para sustituir los contenedores por estructuras fijas y con condiciones de trabajo y seguridad "mucho mejores".
"El dinero está solicitado al gobernador y espero recibirlo pronto. Siempre me dijo que para seguridad pública no faltaría inversión, es nuestra expectativa y la de los policías", concluyó.
El próximo miércoles, 10.000 personas se darán cita frente al Palacio de Guanabara, sede del Gobierno de Río de Janeiro, bajo el lema "Paren la guerra en la periferia inmediatamente" y para exigir al gobernador, Luiz Fernando Pezao, el fin de las UPP y la destitución del secretario de Seguridad, José Mariano Beltrame.