Los partidos nacionalistas catalanes Convergència (CDC), liderado por Mas, y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), liderado por Junqueras, firmaron el pasado lunes un preacuerdo para proclamar la independencia 18 meses después de las elecciones regionales que se han anunciado para el 27 de septiembre, siempre y cuando alcancen una mayoría favorable.
El texto también está apoyado por las entidades soberanistas Assemblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural y Associació de Municipis per la Independència (AMI), pero se caen cuatro partidos de los seis que estuvieron siempre en las negociaciones soberanistas.
Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), Esquerra Unida i Alternativa (EUiA), son favorables a la consulta pero rechazan el carácter plebiscitario de los comicios de septiembre.
La formación independentista Candidatura d'Unitat Popular (CUP), todavía está negociando su propuesta pero no forma parte del pacto, y Unió, socios por excelencia de Artur Mas en CiU (Convergència i Unió) aseguró que no se adherirán o añadirán a ninguna hoja de ruta.
El único partido se mostró abierto a negociar es la izquierda independentista radical de la CUP.
"La hoja de ruta de Mas y Junqueras se puede trabajar, no excluye ninguna de las propuestas que ha hecho nuestro partido, pero faltarían algunas por incluir. Veremos en los próximos meses como encajamos", aseguró Jordi Salvia, portavoz de las CUP, a Sputnik Nóvosti.
Salvia asegura que su formación está trabajando en otra propuesta para lograr un acuerdo con más actores, es decir, una hoja de ruta compartida con movimientos civiles, sindicales u otros partidos de izquierda como Podemos, ICV, etc.
"Queremos sumar mayoría en dos ámbitos. Por un lado, convertir las elecciones del 27 de septiembre en plebiscitarias y por otro, crear un espacio para trabajar el proceso constituyente en Cataluña", explicó el portavoz.
Sin embargo, Salvia criticó las "prisas" con las que ERC y Convergència cerraron el acuerdo, "estamos a menos de dos meses de las elecciones municipales, por lo que presentan el pacto con una óptica electoralista", asegura.
"Estos retos tienen que pasar por encima de los puntos de vista electorales de cada partido", enfatiza el portavoz.
Sin embargo, Jordi Cuixart, portavoz y miembro de la Junta Directiva de Òmnium Cultural, organización que apoya el pacto, asegura que la coincidencia con las elecciones municipales "no es intencionada", sino "circunstancial".
"El electorado tiene todo el derecho a conocer la propuesta que se hace desde las opciones soberanistas, de las que Òmnium también forma parte", recalca el portavoz en declaraciones a esta agencia.
No obstante, matiza que el 15 de marzo ya hubo un preacuerdo en el que los firmantes se comprometían a cerrar la hoja de ruta a finales de marzo, seis meses antes de las elecciones del 27 de septiembre, de carácter plebiscitario.
Cuixart valora "positivamente" este acuerdo. "Al entorno de esta hoja de ruta hubo mucho trabajo", matiza.
Todo ese trabajo dependerá de un día: el 27 de septiembre. "Si las fuerzas independentistas no consiguen el apoyo suficiente se parará el proceso, no se puede seguir adelante con esta hoja de ruta, porque antes que independentistas somos demócratas", explica Cuixart.
Tanto Òmnium como las CUP no ven una caída en los apoyos al soberanismo, aunque muchas encuestas revelan que los partidos independentistas no conseguirán la mayoría suficiente.
"La ciudadanía de Cataluña está dando un apoyo mayoritario al proceso soberanista", señala Cuixart.
El portavoz de Òmnium cree que la clave es la unión de las fuerzas soberanistas, "trazar estrategias conjuntas y unitarias aunque sea desde la diversidad", como ocurrió en la consulta del 9 de noviembre.
Por su parte, Jordi Salvia cree que el independentismo está estancado, pero no ha caído, "las últimas encuestas reflejan que no se ha movido en cuanto a apoyos, falta llenar la propuesta soberanista de contenido social y democrático para llegar a más sectores", señala.
Por el contrario, Ciudadanos, la fuerza liberal que nació en Cataluña y está aumentando en todo el Estado, opina lo contrario.
"El sentimiento separatista está en horas muy bajas, están perdiendo apoyos continuadamente en la sociedad catalana, por eso intentan mantener vivo ese intento de ruptura", asegura Matías Alonso, portavoz y secretario general del partido unionista Ciudadanos.
Alonso considera que esta hoja de ruta no saldrá adelante, "no veo viable una mayoría separatista, la gran mayoría de catalanes le dará la espalda en las elecciones de septiembre", señala.
Con el acuerdo entre ERC y Convergència quedan claros tres conceptos.
Por un lado, todos los votos destinados a los partidos que apoyan este texto, es un "pronunciamiento favorable a la independencia".
Finalmente, el acuerdo prevé la creación de una constitución que se votará en referéndum vinculante; si el resultado es positivo se creará un nuevo Parlamento y se convocarán unas nuevas elecciones en el 2017.
Ciudadanos considera este pacto "fuera del marco democrático, de la Constitución española y del Estatuto de Autonomía de Cataluña [la principal ley creada en el Parlamento catalán]".
Alonso estima que los países de la Unión Europea "le cerrarán las puertas a Mas".
"Una secesión lleva consigo la salida de la UE, con escasísimas posibilidades de volver a entrar", señala el portavoz de Ciudadanos.
El catedrático y jurista Francesc de Carreras cree que esta fase postelectoral es "ilusoria, pura ficción".
"Nunca la Unión Europea, ni los Estados que forman parte de la ONU, ni por supuesto España, aceptarán la secesión del territorio de un Estado que deliberadamente, sin ni siquiera disimularlo, ya que lo proclama en un acuerdo público, incumple la legalidad vigente de este mismo Estado", señala en un artículo.
Òmnium Cultural cree que vencerá la democracia. "A nivel europeo nos dicen que el pueblo debe expresarse".
"Es muy difícil que un Gobierno estatal se enfrente a España mostrando su apoyo al proceso de Cataluña, pero cuando vean que se han dado pasos democráticamente, se presionará para llegar a un acuerdo porque estamos en un país y un continente demócrata", asegura Cuixart.
Por su parte, las CUP no saben si la cronología debe ser la que promueva la hoja de ruta.
"El independentismo tiene que salir de su zona de confort, ya no es una cuestión de banderas, hay que llenarlo de contenido político para animar a más gente a participar", enfatiza Salvia.
El partido independentista defiende la idea de "abrir un proceso constituyente en Cataluña para definir el modelo de país".