Hoy en día la extinción de los mamuts se suele atribuir a la actividad de los hombres primitivos y a los cambios climáticos.
"Al investigar los restos de los últimos mamuts encontramos indicios claros de enfermedades del sistema esquelético como osteoporosis, osteofibrosis, osteomalacia, artrosis y otras patologías de las articulaciones", indicó Serguéi Leschinski, director del laboratorio de sistemas ecológicos continentales del Mesozoico y el Cenozoico.
"En algunas colecciones la osteoporosis afectó casi al 100% de los huesos", precisó.
Los mismos problemas se observan en los restos de mamuts encontrados en Siberia Occidental, Yakutia, los Urales y otras regiones del norte de Eurasia, incluidas las islas británicas.
"Se debe a un trastorno nutricional debido a una carencia de minerales provocada por importantes cambios ecológicos relacionados con procesos neotectónicos y de humidificación del clima lo que oxidó bruscamente los terrenos", señaló la Universidad.
Los científicos subrayan que los restos de los mastodontes de América del Norte, extinguidos hace 10.000 años, también muestran signos de enfermedades óseas.