"Estados Unidos desaconsejó a sus aliados que participaran en este banco chino que es una respuesta al Banco Asiático de Desarrollo que promociona la Administración norteamericana y que tiene su sede en Japón", asegura Georgina Higueras, periodista y analista especializada en Asia.
El Reino Unido fue el primero en abrir el camino a sus aliados europeos al optar por cooperar con la entidad china.
"Esto significa que vamos avanzando en este sistema de gobernanza global que propone China" que no es "derrotar o acabar o hundir con el sistema creado por Estados Unidos después de la segunda guerra mundial", explica la especialista a esta agencia.
China "busca establecer sus propias instituciones paralelas con las que impulsar su propia influencia y su sistema de gobernanza" afirma.
Para Higueras, el gigante asiático ha intentado por todos los métodos "tener una mayor representación en el Fondo Monetario Internacional y en el Banco Mundial y también en el Banco de Asiático de Desarrollo", pero "ha chocado siempre con la oposición de Estados Unidos".
Esa oposición "ha forzado a China no solo a crear este banco sino también anteriormente al que se pondrá en funcionamiento a finales de este año que es el banco de los Brics", formado por Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica.
El papel que juega España con esta decisión es que "como país occidental y europeo se alinea con la Unión Europea y decide dejar a un lado los intereses y el mandato de EEUU", opina Higueras.
"Es un paso muy importante que aliados de EEUU como Corea del Sur también participen en este banco" y supone "un golpe muy fuerte contra la gobernanza de EEUU en apoyo a un sistema paralelo de gobernanza como el que propone el sistema chino".
Los objetivos del BAII se centran en impulsar el desarrollo sostenible de Asia, especialmente en la financiación de infraestructuras de energía, transporte y telecomunicaciones.
El banco también tiene previsto financiar proyectos para el desarrollo urbano y rural y la conservación del medio ambiente en la región.
El BAII funcionará en cooperación con otros bancos de desarrollo multilaterales ya existentes, como el Banco Asiático de Desarrollo (BAD) o el Banco Mundial.
La participación financiera española se decidirá una vez aprobado el Convenio Constitutivo de la entidad.