El periódico describe al testigo como un tal Evgueni, de 27 años, gerente de una empresa que en la noche del asesinato cruzaba el mismo puente cerca del Kremlin, a unos cuantos pasos detrás de Nemtsov y su pareja.
En los audífonos del joven retumbaba música rock y tenía la miraba puesta en la pantalla del smartphone, así que no oyó disparos ni se percató del crimen hasta que vio delante a un grupo de personas en vez de la pareja solitaria, entre ellas un hombre (Nemtsov) tumbado en el suelo, su novia (Duritskaya) parada al lado, y otro individuo (supuesto asesino) saltando el borde de la acera para subir a un coche blanco.
Al hombre que escapó Evgueni lo vio de espaldas, pero la descripción que da no coincide con la de Zaur Dadáev. En la escena apareció también una joven y otra mujer, de mediana edad, que intercambiaron un par de frases con Duritskaya y bajaron rápidamente la escalera del puente en dirección al río Moscova.
La defensa planea usar las declaraciones de Evgueni como prueba de que Dadáev hizo una confesión falsa y no es culpable.