El resumen humanitario anual que publica la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) indica que la crisis que afecta a las vidas de los palestinos, las libertades, la seguridad de movimientos y el acceso deriva de "una ocupación (israelí) prolongada, junto a un sistema de políticas que socavan la capacidad de los palestinos para vivir vidas normales autosostenibles".
El informe, titulado "Vidas fragmentadas" y basado en datos cruzados con otras agencias de la ONU, así como en fuentes gubernamentales, internacionales, y ONG palestinas e israelíes, indica que si se eliminaran esos factores, los palestinos serían autosuficientes y capaces de desarrollar sus propias instituciones y economía sin la necesidad de asistencia humanitaria.
"El 2014 ha sido un año devastador para los palestinos en los territorios ocupados", ha afirmado James Rawley, Coordinador de Asuntos Humanitarios de la ONU para los territorios palestinos.
"La ocupación continuada socava la capacidad de los palestinos para vivir una vida normal. Si estos factores se eliminaran y las políticas relacionadas con ellos cambiarían, la asistencia humanitaria internacional no sería necesaria", ha asegurado Rawley.
En Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel desde 1967, han muerto 58 palestinos en 2014. Este es el mayor número de víctimas mortales palestinas en incidentes relacionados con las fuerzas israelíes desde 2007.
Más de 6.000 personas resultaron heridas en el mismo territorio, según el informe, la cifra más alta desde 2005, cuando la OCHA comenzó a recoger los datos.
En Cisjordania, el número de personas desplazadas en el 2014 debido a las demoliciones de sus casas ha sido el más alto registrado en un solo año desde que la OCHA comenzó a registrar este indicador en 2008, según el informe.
"Un número récord de 1.215 palestinos quedaron desplazados debido a la demolición de viviendas por las autoridades israelíes", ha indicado Rawley.
"Las actividades de los colonos continuaron, en contravención del derecho internacional, y contribuyeron a la vulnerabilidad humanitaria de las comunidades palestinas afectadas", ha subrayado.
Más de 2.200 personas —se calcula que más de 1.500 civiles (550 de ellos niños)- murieron en Gaza durante la guerra de julio y agosto. Cinco civiles israelíes murieron durante ese tiempo, incluyendo un niño.
En Gaza, más de 11.000 personas resultaron heridas, más de 100.000 siguen desplazadas internamente y viven en centros colectivos, con familias de acogida o en refugios improvisados, y miles de personas viven en casas medio destruidas.
Desde el verano, la reconstrucción en Gaza apenas se ha puesto en marcha porque se ha visto obstaculizada por el bloqueo israelí y unos fondos cada vez más escasos. Pero el informe destaca que el Mecanismo de Reconstrucción de Gaza temporal puesto en marcha después de la guerra ha permitido la importación de algunos materiales de construcción.
El informe pide a todas las partes que apliquen la contención y señala que Israel tiene que asumir la responsabilidad como potencia ocupante.
"Todas las partes en conflicto deben cumplir con sus obligaciones legales para mantener las hostilidades conforme al derecho internacional para garantizar la protección de todos los civiles y la rendición de cuentas por los actos cometidos", apunta el documento dela OCHA.
