"Tomamos la decisión con mucho pesar porque somos socios en Mercosur. Dimos un tratamiento técnico que muchos otros países no dieron: rigor absoluto cuando Brasil tiene un foco o denuncia de plaga", aclaró la ministra durante su comparecencia ante la Cámara de los Diputados en referencia a la completa abolición de la plaga en territorio brasileño en 2014.
Abreu recordó que la suspensión se mantendrá sin excepciones hasta que "los productores argentinos nos den la oportunidad técnica y legal para entrar en el país y realizar las acciones necesarias", apuntando una posible intervención de los técnicos del Ministerio de Agricultura de Brasil en la cuestión.
"Detectamos un cargamento infectado y no le dejamos pasar. No tuvimos alternativa", justificó.
La persistencia de algunas plagas es un grave problema para la economía agraria de Brasil. En los últimos años los cultivos de fresa, melocotón, rosas y algodón han sufrido los efectos de la plaga del ácaro "Tetranychus urticae", el cual ha desarrollado una resistencia hasta 3.000 veces superior a la de hace algunos años frente a pesticidas como el fenpiroximato.
El pasado mes de enero, el Ministerio de Agricultura declaró el estado de emergencia fitosanitaria en los estados del sureste de Brasil, Espíritu Santo y Sao Paulo, al detectarse la extensión de la plaga del gorgojo del café "Hypothenemus hampei", una circunstancia parecida a la expansión en 2013 del gusano del algodón "Helicoverpa Zea".
Sin embargo, la mayor plaga reciente en el país y la que más preocupó tuvo que ver con el cultivo de la soja, una de las principales exportaciones agrícolas de Brasil con una producción anual en torno a 88,5 millones de toneladas, cuando en 1996 la mosca blanca "Bermisia tabaco" llegó a diezmar hasta en un 80% las cosechas de soja de los estados de Sao Paulo y Paraná según las estimaciones de la Empresa Brasileña de Pesquisas Agropecuarias.