López y Ledezma están acusados de ser los responsables de las violentas protestas de principios de 2014 contra el Gobierno de Nicolás Maduro que acabaron con 40 muertos.
Según publica hoy el diario El País, González aceptó hacerse cargo de la defensa de los dos líderes opositores por el deterioro de la situación de los derechos humanos en el país caribeño.
González pretende que su iniciativa rompa "el silencio que han mantenido la mayoría de los Gobiernos de América Latina ante los abusos del régimen chavista", informa el diario español.
El político, quien mantiene una intensa relación con Venezuela desde los años ochenta, expresaba el pasado domingo en una entrevista con El País su preocupación por el actual "descenso en la defensa del funcionamiento de la democracia en América Latina" y abogaba por un "diálogo serio" entre el Gobierno y la oposición de Venezuela.
"Y parte del diálogo es que no se puede detener a los representantes políticos", afirmaba el dirigente socialista, agregando que "el presidente Maduro dice que allí no hay presos políticos sino políticos presos; yo diría que hay políticos presos por ser políticos".
En noviembre pasado más de 30 exjefes de Estado y de Gobierno, integrados en el Club de Madrid, suscribían un texto en el que calificaban de "arbitraria" la detención de López y exigían su puesta en libertad.
La declaración estaba firmada, entre otros, por los expresidentes Fernando Henrique Cardoso (Brasil), Ricardo Lagos (Chile), Alejandro Toledo (Perú), Luis Alberto Lacalle (Uruguay), Óscar Arias (Costa Rica), Andrés Pastrana (Colombia), Jorge Quiroga (Bolivia) y Osvaldo Hurtado (Ecuador).
Maduro acusó a Ledezma de estar detrás de un supuesto golpe de Estado, que se habría activado a partir del manifiesto llamado Acuerdo Nacional de Transición firmado por Ledezma, Leopoldo López y la diputada María Corina Machado.
La esposa de Ledezma, Mitzy Capriles, visitó hace casi dos semanas el Parlamento Europeo y también Madrid, donde se entrevistó con el presidente del Gobierno de España, el conservador Mariano Rajoy, los exmandatarios González y José María Aznar.
Capriles también se reunió con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y otras personalidades españolas.
Sin embargo, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, aseguró hace una semana que "no tiene sentido" que la Unión Europea sancione al Gobierno venezolano, como hizo Estados Unidos.
EEUU, dijo, "ha declarado que la situación en Venezuela constituye una amenaza para su seguridad nacional".
"Yo no tengo datos para verificar si esa declaración se ajusta a la realidad o no", continuó García-Margallo, "lo que sí creo es que, en ningún caso, es una situación que amenace la seguridad en Europa, y por tanto no tiene sentido hablar del tema de sanciones".