A diferencia de los médicos provenientes de Argentina o España, que se acogieron de manera voluntaria al programa, la llegada de los médicos cubanos fue un acuerdo bilateral entre el Gobierno de Cuba y el Ministerio de Salud de Brasil bajo la supervisión de la Organización Panamericana de Salud (OPAS).
Según Folha, el artículo 18 del contrato de los médicos cubanos establece el desplazamiento de los familiares directos de los médicos aunque a través de visados específicos de 36 meses, además establece la obligatoriedad de pasar las vacaciones laborales en Cuba al menos una vez al año.
El reportaje incluye diferentes casos de médicos cubanos que habrían sido amenazados de perder su título médico debido a que sus familiares no habrían regresado a Cuba en el plazo estimado por el Gobierno de la isla, incluso médicos retenidos en el país hasta la llegada de sus familiares residentes en Brasil.
Las autoridades cubanas habrían explicado a Folha que las medidas serían dirigidas a evitar los casos de deserción que se han observado en los médicos cubanos que actúan en Venezuela, de los cuales más de 700 habrían desertado a otros países según la ONG norteamericana Solidaridad Sin Fronteras (SSF).
El pasado viernes, el Ministerio de Salud de Brasil informó que no puede interferir en las relaciones laborales de los médicos cubanos con su Gobierno, lo cual compete únicamente a Cuba y la OPAS, brazo de la Organización Mundial de la Salud en Latinoamérica y mediador del programa.