"Este ataque tendrá repercusiones negativas en la economía tunecina", dijo el ministro citado por la radio local Mosaique FM.
Ateniéndose a estimaciones preliminares dijo que las pérdidas del sector turístico, causadas por el atentado, superarán los 700 millones de dólares y que será difícil encontrar soluciones inmediatas al problema.
Tras el atentado la compañía de cruceros italiana Costa Crociere declaró que anula todas las paradas programadas en la ciudad.
"La seguridad de nuestros viajeros y tripulación es la prioridad de Costa Crociere", dijo la compañía precisando que tras el ataque "hemos decidido cancelar las futuras escalas de nuestras naves".
El pasado miércoles unos terroristas disfrazados de militares llegaron en automóvil a la sede del Parlamento de Túnez e irrumpieron en el Museo del Bardo, situado en las inmediaciones, donde tomaron como rehenes a turistas extranjeros.
Se informó que en el museo se encontraban entre 100 y 200 visitantes de los cuales 23 murieron víctimas del atentado, incluidos 20 turistas de Australia, Colombia, España, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Polonia.