En base a las declaraciones de dos acusados en este caso, la instrucción estableció la presunta relación de Guereméev con este sonado asesinato político.
Sin embargo, ambos acusados ya se retractaron de sus declaraciones, por lo que el mayor retirado, que tiene una parentela influyente en Chechenia, solo podrá ser interrogado en calidad de testigo.
Zaur Dadáev es considerado por la instrucción como el ejecutor del crimen, mientras que Eskerjánov está acusado de complicidad en el asesinato.
Según las fuentes de Kommersant, inmediatamente después de su detención, Zaur Dadáev informó que recibió el encargo del asesinato de Borís Nemtsov a través de un intermediario, mientras que Tamerlán Eskerjánov, a su vez, informó que la persona con la cual conversó podría estar vinculada con el oficial del batallón de las tropas del Ministerio del Interior Ruslán Guereméev.
El nuevo sospechoso es miembro de una importante familia chechena.
Suleimán Guereméev, pariente cercano de Ruslán, es el representante de Chechenia en el Consejo de la Federación, y Vaja Guereméev, otro de sus familiares, dirige la dirección regional del Ministerio del Interior.
Tras abandonar las fuerzas del orden, Tamerlán se dedicó a trabajar como guardaespaldas de un empresario.
Sin embargo, Eskerjánov no logró conservar su estatus, ya que según la acusación, junto a otros copartícipes llevó a cabo la vigilancia de Nemtsov, además de "buscar los medios para cometer el crimen".
Según Kommersant, esto se refiere a los proyectiles, que según los expertos, fueron obtenidos de diversas fuentes.
Todos los proyectiles fueron producidos por distintas fábricas.
Tras ser detenidos, los acusados Dadáev y Eskerjánov decidieron detractarse de sus declaraciones anteriores.