Así se expresó durante la ceremonia de aprobación del nuevo texto del Código de Proceso Civil (CPC) en el Palacio de Planalto en Brasília, en la cual no dejó pasar la oportunidad de recordar que ella misma luchó contra la represión del régimen militar, llegando a ser torturada por ello, aunque según ella "valió la pena luchar la libertad".
Además, Rousseff reiteró su disposición a "dialogar" con los movimientos de protesta y que su misión será la de garantizar "un lugar en el que todos pueden ejercer sus derechos pacíficamente sin amenazas a las libertades civiles y políticas".
Por último, la presidenta recordó que "en las democracias se respetan las urnas y las calles", en referencia a la legitimidad que le otorgan las recientes elecciones presidenciales de octubre de 2014 a pesar de las peticiones de destitución lanzadas por los manifestantes.

