"Moscú percibe con extrema preocupación los detalles trágicos de la actividad terrorista del grupo Estado Islámico en el Kurdistán iraquí", dice el comunicado, señalando que "el análisis de tierra y ropa en el lugar de la explosión de una coche-bomba en el norte de Irak (llevado a cabo por el Gobierno kurdo) reveló los rastros de cloro, en cantidad suficiente para deducir que esta sustancia fue utilizada como arma".
Asimismo, la Cancillería rusa condenó estas acciones terroristas y exhortó a la comunidad internacional a "aplicar los esfuerzos conjuntos para continuar la lucha gradual y universal contra terrorismo y extremismo en todas sus manifestaciones".
El Estado Islámico, que cuenta con unos 30.000 miembros según la CIA, intenta extender su dominio desde el califato que estableció en territorios de Siria e Irak.
Además de la coalición internacional encabezada por EEUU que realiza ataques aéreos contra sus posiciones, el EI es combatido por las tropas gubernamentales de Irak y Siria, así como por los grupos armados kurdos de ambos países.