"He tenido mucha suerte de estar aquí y trabajar en la Ciudad de las Estrellas con gente maravillosa y pasar todo lo necesario para cumplir mi objetivo, resulta realmente emocionante permanecer en la centrífuga y en la cámara hiperbárica", dijo la cantante en entrevista al canal RT.
Brightman lleva solo dos meses entrenando y ha reconocido que aún tiene que realizar una labor enorme, en particular debe estudiar ruso cuatro horas diarias, en lo que la ayuda su experiencia profesional y Serguéi Rachmáninov.
"Cuando yo era más joven y me dedicaba al canto clásico, aprendí mucho de las obras para soprano y mezzosoprano de Rachmáninov, logré sentir el idioma y percibir que todo saldría bien", dijo.
Lo que más le ha gustado a la cantante es la experiencia de supervivencia en un bosque invernal, que logró "despertar instintos que había olvidado".
Aseguró que en la EEI tampoco se maquillará ni se pondrá ropa elegante y que planea disfrutar de cada instante y dejar de preocuparse por el tono de su rostro o por el color de sus pestañas.
"Está claro que en la EEI no se puede llevar zapatos de tacón alto y cosas similares, hay chándales muy cómodos que podemos ponernos", informó.
La artista formará parte de la expedición MKS-45/46 junto al cosmonauta ruso Serguéi Vólkov y al danés Andreas Mogensen de la Agencia Espacial Europea.
Anteriormente se supo que Brightman prevé "cantar algo muy simple, pero con un mensaje hermoso" en el espacio, aunque decidió mantener en secreto la composición que interpretará.
Aseguró que no se tratará de un concierto completo, pues, según la experiencia que le trasmitieron otros astronautas, el canto en el cosmos produce "sensación de resfriado".
El japonés Satoshi Takamatsu es el reserva que han encontrado a Brightman, y es probable igualmente que llegue a ser el noveno turista espacial al viajar a la órbita en 2017 o en 2018.
El último astronauta no profesional que llegó a la EEI fue Guy Laliberté, fundador del Cirque du Soleil, quien realizó su vuelo en 2009.