Moscú suspendió el cumplimiento del Tratado FACE en 2007.
"(Rusia) seguramente volverá (a la FACE), tarde o temprano, no tengo dudas", dijo Klintsévich.
Explicó que ahora "Europa inicia a ver a través de sus gafas oscuras que todo no está tan bien como podría parecer a primera vista y que es guiada por EEUU (…) sin entender por completo que esto contradice sus principios internos de prosperidad y desarrollo".
El director del Centro Carnegie de Moscú, Dmitri Trenin, opina a su vez que la retirada de Rusia del Tratado FACE es una "respuesta demostrativa" a la intensificación de la actividad de la OTAN.
Comentó que el FACE es un tratado ya obsoleto y que el Acuerdo de Adaptación que ratificó Moscú no fue ratificado por los países de la Alianza Atlántica.
"El regreso al tratado inicial suscrito en 1990 y basado en la existencia de bloques en Europa ya no responde a los intereses de la seguridad nacional de Rusia", concluyó el experto.
Las relaciones entre Moscú y Occidente empeoraron a raíz de la crisis en Ucrania y, en particular, tras la adhesión de Crimea a Rusia en marzo pasado.
EEUU y la UE aprobaron varios paquetes de sanciones contra Moscú que afectan tanto a particulares como a empresas concretas y a sectores enteros de la economía rusa.
En respuesta, Rusia embargó por un año algunas importaciones de alimentos procedentes de EEUU, la UE, Australia, Canadá y Noruega.
Este miércoles el presidente estadounidense, Barack Obama, decidió prolongar por un año las sanciones contra Rusia, impuestas a raíz de la situación en Ucrania en marzo de 2014.