"En los países desarrollados hay un interés cada vez mayor en los productos naturales, únicos, orgánicos" explicó Andréi Kutéinikov, empresario y socio de Belonósov. "Esta tecnología respondería a esta tendencia", añadió.
Durante una de sus inspecciones en una planta envasadora en 2007, a Belonosov le llamó la atención lo simple del proceso de envasado de la leche y productos derivados y se le ocurrió que, mediante un sistema compacto y relativamente portátil se podría envasar leche pasteurizada en el mismo criadero de vacas, sin necesidad de transportar la leche a la planta.
En octubre de 2012, Kutéinikov y Belonosov consiguieron patentar su producto en Rusia y en marzo de 2014 recibieron una patente en Alemania.
Esta máquina de aspecto es como una caja metálica sobre ruedas. El proceso de ordeñado se realiza de manera tradicional, con copas de ordeño que imitan la succión de la cría. Pero en lugar de pasar a un contenedor, la leche luego pasa a un pasteurizador ubicado en la parte superior de la máquina. En unos 10 segundos, la leche alcanza temperaturas de 75ºC y luego pasa a un enfriador bajo el pasteurizador, donde la leche llega a temperaturas de 3ºC a 5ºC.
Justo bajo el enfriador está el bloque de empaquetado en donde se llenan bolsas de leche, se sellan y una impresora marca la fecha y hora de envasado, el número de la vaca, el nombre de la granja y su fecha de caducidad.
Los inventores pretenden ofrecer su producto al mercado europeo.
"En la Unión Europea hay 1.600.000 granjas lecheras con un promedio de 42 vacas", explica Kutéinikov. "La distancia entre las granjas y el consumidor es poca, los consumidores son alto poder adquisitivo y se observa un gran interés por los productos locales", dice.