El atentado contra la AMIA, que se cobró 85 vidas, fue el mayor en la historia de Argentina.
Las autoridades acusaron a varios funcionarios iraníes de estar implicados en el atentado, incluido el expresidente de Irán, Akbar Hashemí Rafsanyaní.
Antes de su muerte, Nisman denunció públicamente a la presidenta Cristina Fernández, así como al canciller Héctor Timerman, de conspirar para "garantizar la impunidad" de los iraníes, acusados por Argentina de estar implicados en el atentado.
"Desestimada la denuncia, queda preguntarse qué objetivos perseguía el fiscal Nisman con su denuncia plagada de contradicciones, carencia lógica y sustento jurídico. ¿Puede pensarse una hipótesis diferente que no sea la de buscar un efecto político desestabilizador?", señala el comunicado gubernamental, reproducido en los principales diarios argentinos.
Al mismo tiempo, las autoridades argentinas confirmaron su respaldo a la investigación del atentado.
"El atentado a la sede de la AMIA constituye uno de los crímenes más dolorosos de nuestra historia reciente. (…) Se reafirma el compromiso del Gobierno argentino en la búsqueda de verdad y justicia", concluye la nota.