Para la secretaría de Relaciones Internacionales del PCE, los “ocho brigadistas” participaron en Donbás como “apoyo a la gran mayoría de los pueblos del este de dicho país en su resistencia frente al gobierno de Kiev, a sus políticas guerreristas y a los elementos nazifascistas que llegaron al poder en Ucrania mediante un golpe, paradójicamente apoyado por los gobiernos de la Unión Europea y de Estados Unidos”.
El PCE se niega a considerar al “internacionalismo como un delito” porque se sienten “eternamente agradecido a todos los hombres y mujeres que vinieron a España a defender la II República contra el fascismo”.
Los comunistas españoles creen “absolutamente falsa la afirmación de que estos brigadistas comprometen la neutralidad española en el conflicto, puesto que dicha neutralidad, simplemente, no existe”.
Según la nota hecha pública por la organización, el Gobierno español “ha secundado todas las decisiones de apoyo a los golpistas que ocuparon el gobierno de Kiev, de sanciones a Rusia (aunque ello haya provocado daños a nuestros agricultores) y una dotación de la Fuerza Aérea española participa en las operaciones de la OTAN, desde el Báltico, de acoso y provocación a Rusia en sus propias fronteras”.
El PCE apoya los acuerdos de Minsk y por ello denuncia que “tanto el gobierno de Kiev, como EEUU y todos los grupos ultraderechistas que hegemonizan el poder en Ucrania iban a hacer todo lo posible por sabotear la posibilidad de la convivencia pacífica entre los distintos pueblos que componen Ucrania”.
Según los comunistas, el conflicto desatado en el este de Ucrania “no es ninguna disputa territorial entre Ucrania y Rusia, sino (responsabilidad) el carácter nazifascista del gobierno ucraniano”.