Sería un contrasentido restablecer relaciones diplomáticas y que Cuba permanezca en esa lista, destacó Machín, número dos del departamento de Estados Unidos de la Cancillería caribeña.
La Habana espera, en la reunión del día 27 de este mes, una respuesta de Washington respecto a este punto y también sobre el acceso bancario de su Sección de Intereses y de la futura embajada, suspendido desde hace más de un año, y que provoca grandes trastornos para su funcionamiento.
Esta será la segunda ronda de pláticas, desde que los presidentes Raúl Castro y Barack Obama decidieron restablecer relaciones el 17 de diciembre pasado, tras medio siglo de ruptura y hostilidad.
Para Machín, la apertura de embajadas antes de la cumbre de las Américas en Panamá, el 10 y 11 de abril, como quiere Washington, "dependerá de Estados Unidos".
El diplomático subrayó que su delegación marcha a las pláticas con "espíritu constructivo", y celebró que su contraparte aceptase la propuesta de incluir en el diálogo el tema de los derechos humanos.
Cuba "insistirá" en que el personal diplomático estadounidense respete los principios del derecho internacional, las leyes nacionales y no se involucre en los asuntos internos, explicó Machín.
El objetivo es que los representantes norteamericanos dejen de apoyar y financiar a los grupos disidentes, los cuales tienen una estrecha relación con la delegación diplomática de EEUU, en cuyas instalaciones han hecho reuniones, organizado cursos, realizado teleconferencias y tienen un cibercafé para opositores.
Mientras que la nación norteña pide por su parte libertad de movimiento para sus diplomáticos en La Habana, libre acceso de los cubanos a su embajada y normalización de las valijas diplomáticas.
Estas conversaciones son un paso fundamental para poner en practica las nuevas directrices en las relaciones bilaterales, anunciadas por el presidente Obama el pasado diciembre, señaló el Departamento de Estado en un comunicado.
Como en la primera ronda, celebrada en La Habana el 21 y 22 de enero, la secretaria de Estado adjunta para Latinoamérica, Roberta Jacobson, liderará la representación estadounidense, mientras que la delegación cubana volverá a estar encabezada por la directora para Estados Unidos de la Cancillería, Josefina Vidal.