"Los que están en la línea de frente de la promoción y la defensa de los Derechos Humanos enfrentan intensos niveles de violencia", indica el documento, que precisa que la ONU contabilizó 40 asesinatos de activistas en los primeros nueve meses de 2014.
El texto señala que en todo el continente en 2014 se observaron protestas en contra de "las prácticas represivas de los estados", "la erosión del espacio democrático" y la "continua criminalización".
"En varios países de la región, se convirtió en un lugar común para las autoridades recurrir a la fuerza en respuesta a las redes criminales y la tensión social, incluso cuando no está oficialmente reconocido que esos conflictos existen", señala.
Añade que "pese a que los estados de la región ratificaron y promueven activamente la mayor parte de las normas y tratados regionales e internacionales, el respeto por los DDHH es ilusorio".
A la vez, Amnistía Internacional denunció que a pesar de que en América las leyes antitortura son de las más severas, "las torturas y otros malos tratos siguen siendo ampliamente difundidos en la región y los responsables raras veces responden ante la justicia".
La ONG recalcó también que muchos no tienen acceso a la justicia "sobre todo los que pertenecen a las comunidades más desfavorecidas".
A la vez realzó que en 2014 hubo "ciertos progresos en la investigación y la persecución de las violaciones de los DDHH perpetradas por regímenes militares del siglo pasado, incluidos Argentina y Chile".
"Sin embargo, la impunidad por miles de desapariciones forzosas y ejecuciones extrajudiciales en la región durante la segunda mitad del siglo XX continúa, mostrando la carencia de voluntad política para llevar a los responsables ante la justicia", señala el texto.
El documento hace hincapié en "la inseguridad y la depravación social" de los emigrantes que huyendo de la violencia en sus países de origen atraviesan México para llegar a EEUU, sobre todo cuando se trata de menores no acompañados.
"Los emigrantes que cruzan México se enfrentan a asesinatos, secuestros y extorsiones de las bandas criminales que a menudo operan en conspiración con los funcionarios así como a los malos tratos por parte de las autoridades mexicanas", afirma al agregar que "la gran mayoría de estas violaciones nunca se investiga".
También asegura que los indígenas de la región "siguen afrontando amenazas sociales, políticas y económicas a su bienestar colectivo y su existencia".
"Su legado cultural, tierras ancestrales y derechos a autodeterminación están bajo constantes ataques", menciona.