Debido al proceso electoral "hay incertidumbre sobre si se respetarán o no las proyecciones presupuestadas sobre deuda" estima Moody's.
Las 500 curules de la Cámara de Diputados serán elegidas a mediados de 2015, nueve de los 32 estados del país elegirán gobernadores, 17 estados renovarán poderes municipales y ocho tendrán nuevos congresos locales.
Los analistas financieros señalaron que los estados de la Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán y Sonora aumentarían su deuda hasta en 15%, debido a que ejercen "un débil control de su deuda" que se incrementa en períodos electorales.
Además, otros tres estados que elegirán nuevo gobernador —Nuevo León, San Luis Potosí y Querétaro- podrían aumentar su deuda pública, a pesar de que las dos últimas "están bien posicionadas para evitar un aumento significativo de su deuda" en 2015.
La necesidad de un financiamiento no previsto en el presupuesto 2015 para algunos estados "origina un endeudamiento a corto plazo afectando sus balances y niveles de liquidez", explicó Moody's.
La estimación de endeudamiento de los 32 estados del país se incrementó un promedio de 8% este año, un aumento de más de dos puntos en comparación con el 5,6% de 2014.
Moody's anunció hace una semana que la calificación A3 para México "sigue siendo coherente, incluso si se retrasan los proyectos de petroleros", debido al derrumbe de los precios del crudo que obligó a recortar 8.300 millones de dólares del gasto público federal.
El nivel de la escala en la cual está posicionado México, corresponde a países de "bajo riesgo crediticio, con una susceptibilidad de deterioro a largo plazo", debajo de las más altas calificaciones Doble A y Triple A, para deudas de países con muy bajo riesgo.
La deuda en moneda extranjera de México sólo representa el 20% de la deuda pública, el resto está en pesos, por lo tanto "el impacto potencial de la depreciación del peso mexicano en la clasificación de crédito del país es bajo", dijo entonces Moody's.
Las autoridades mexicanas han cubierto sus ingresos frente a las fluctuaciones en los precios del petróleo. Los seguros comprados por México en los mercados financieros cubren la brecha con el precio estimado en el presupuesto federal, de 79 dólares por barril, 29 dólares más a precios actuales de alrededor de 50 dólares el barril