"El documento no presenta garantías claras de que el Gobierno esté dispuesto a acometer las reformas que contemplan los memorandos (entre Grecia y la Troika de acreedores)", escribió Lagarde en una carta al jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.
Aunque Lagarde calificó el plan de reformas como "un buen punto de partida" para futuras negociaciones, duda que las discusiones sobre el programa de crédito surtan efecto en el marco de los parámetros políticos presentados en la lista del Gobierno griego.
En el encuentro del viernes pasado, los ministros de Economía de la Eurozona acordaron prolongar por cuatro meses el programa del rescate griego, que expiraba a finales de este mes de febrero.
Atenas pedía una ampliación por seis meses.
En 2010, a raíz de la crisis de la deuda, Atenas tuvo que solicitar ayuda extranjera.
Al cabo de dos años Grecia firmó un acuerdo con la Troika de acreedores –el Banco Central Europeo, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI)– que le otorgó créditos a cambio de varias exigencias, entre ellas, llevar a cabo reformas estructurales y privatizar los activos estatales por unos 50.000 millones de euros hasta finales de 2015.