Tras la avería en la central nuclear japonesa Fukushima-1 sucedida en 2011, Berlín anunció que cerraría las centrales nucleares del país para impulsar el desarrollo de energía renovable.
"Fue una decisión puramente política: los Verdes alemanes, asociados con la Unión Demócrata Cristiana, anunciaron que de obtener una representación en el Gobierno exigirían el cierre de las centrales nucleares", dijo el científico agregando que fue una iniciativa reñida con el sentido común.
Alemania es de momento el único país del mundo que tomó tal decisión, otros Estados, incluidos los de Oriente Medio y la región Asía-Pacífico, tras analizar minuciosamente las consecuencias del siniestro de Fukushima-1 informaron que construirían redes de centrales atómicas.
Japón a su vez ha decidido volver a poner en explotación los reactores parados.
Expertos mundiales expresan la opinión unánime de que la energía nuclear global ha vuelto a seguir su desarrollo según "los guiones anteriores a Fukushima" y que no se han justificado a los pronósticos pesimistas de disminución del ritmo de su desarrollo.
Durante el período transcurrido después del siniestro en Fukushima, ha aumentado el número de reactores nucleares que se construyen en diversos países.
Según datos del Organismo Internacional de Energía Atómica, en el mundo se explotan 439 reactores atómicos y otros 69 están en construcción.