"La situación humanitaria es muy complicada, existe una necesidad aguda de diferentes tipos de asistencia. Los ataques artilleros dañaron gravemente los edificios —viviendas e instituciones- y las infraestructuras. Los últimos días los vecinos se escondían en los sótanos y solo ahora, cuando los combates cesaron, comienzan a subir a la superficie", dijo el jefe de la oficina del CICR en Donetsk, Joan Audierne.
Previamente, los observadores de la OSCE que visitaron Debálstevo constataron que la ciudad carece de alimentos, calefacción y luz.
La ciudad de Debáltsevo, punto estratégico para la comunicación ferroviaria entre Donetsk y Lugansk, registró intensos combates en las recientes semanas incluso después de que entrara en vigor un alto al fuego el 15 de febrero.
El conflicto armado de Donbás, según datos de la ONU, ha causado casi 5.700 muertos y al menos 14.000 heridos desde abril pasado, cuando Ucrania lanzó la operación militar.
El 12 de febrero, los líderes de Alemania, Francia, Ucrania y Rusia mantuvieron en Minsk negociaciones durante casi 16 horas en un intento de frenar el conflicto en Donbás.
Al término de la cumbre, el Grupo de Contacto para Ucrania pactó un conjunto de medidas para garantizar el cumplimiento de los acuerdos de Minsk logrados en septiembre de 2014.
Estas medidas incluyen, en particular, un armisticio a partir del 15 de febrero, la retirada de las armas pesadas y la creación de una zona de seguridad, así como el canje de prisioneros y la creación de un estatus especial para las autoproclamadas repúblicas.