“Turquía ha anunciado por primera vez la creación de su propio SDA, no integrado con la OTAN, la declaración del ministro demuestra que Turquía no cedió a la presión de EEUU y otros países de la OTAN”, dijo Kozluklu.
El experto hizo constar que estos países “se opusieron en reiteradas ocasiones a un SDA autónomo en Turquía así como a la participación de China en su creación”.
Según Kozluklu, la Alianza Atlántica estuvo convenciendo durante muchos años a Turquía de que el SDA chino no es compatible con el de la OTAN y que su integración en el sistema de la OTAN acarrearía riesgos relacionados con la ciberseguridad y el intercambio de datos técnicos.
“Turquía aún no ha decidido encomendar a la compañía china crear su SDA, las negociaciones continúan, pero por ahora la oferta china es la más ventajosa en términos de precio”, destacó el experto.
Kozuklu opina que esta situación “complicará las relaciones de Turquía con Estados Unidos, que considera que Ankara le engaña porque recibió de la OTAN sistemas de misiles tierra-aire Patriot”.
“La dependencia de Turquía de Estados Unidos en el ámbito militar es muy grande porque el Ejército turco usa mayormente armas estadounidenses y al mismo tiempo, Turquía posee un gran poder militar; tiene el segundo Ejército más grande de la OTAN en número de efectivos”, dijo el interlocutor de la agencia.
En noviembre de 2012 Ankara le solicitó a la OTAN sistemas de misiles tierra-aire Patriot para protegerse contra posibles ataques aéreos de Siria.
EEUU, los Países Bajos y Alemania aceptaron proporcionar dos misiles cada uno.
La licitación por un monto de 4.000 millones de dólares para comprar sistemas de misiles tierra-aire de largo alcance para el SDA turco fue anunciada en 2009.
A diferencia de los rivales, China permitió fabricar parte de los sistemas de misiles en Turquía y proporcionarle sus tecnologías.
Los aliados de la OTAN en Turquía presionaron sobre Ankara, que anuló en 2013 los resultados del concurso y convocó otro más, en el que participaron, entre otros, el consorcio estadounidense Raytheon & Lockheed Martin y el europeo Eurosam.