Señaló, en particular, que en España, país con el que se firmó tal convenio cuya ratificación por la parte rusa se espera mañana, no se ha registrado ningún caso de trato inapropiado del menor.
"Rusia elige al país socio para la adopción partiendo exclusivamente de cómo garantiza y protege los derechos de nuestros niños, de si tiene un procedimiento transparente de adopción y otorga información sobre la suerte del menor adoptado, especialmente en las situaciones de la re-adopción", explicó.
Declaró que Rusia, pese a ser objeto de las sanciones impuestas por la Unión Europea, no se atiene al principio de "ojo por ojo" y pone por encima de todo los intereses del niño. También afirmó que "las autoridades y los parlamentarios rusos sostienen que la prohibición absoluta de la adopción internacional no sería el mejor método de solucionar el problema de niños huérfanos".
A partir del 1 de enero de 2013 en Rusia rige la Ley Dima Yákovlev que prohíbe la adopción de niños rusos por familias estadounidenses, en respuesta al Acta Magnitski que el Senado de EEUU aprobó el 6 de diciembre de 2012 para imponer sanciones contra una decena de funcionarios rusos supuestamente vinculados con la muerte del abogado Sergéi Magnitski.
Dima Yákovlev fue adoptado en Estados Unidos en 2008 y murió cuando su padre adoptivo lo dejó dentro de un coche en plena ola de calor. El estadounidense logró evitar un castigo por el fallecimiento del niño.