Al mismo tiempo, para el próximo 2016 la proyección ha sido ajustada de 3,2 a 4,2% a uno una más modesta de 2,9 a 3,9%, dijo el titular del BM.
Los recortes del gasto público federal en unos 8.300 millones de dólares "ayuda a que la depreciación del tipo de cambio real sea más ordenada y a reducir las presiones a las tasas de interés", dijo Cartens.
La medida de recortar el gasto público, que se nutre en una tercera parte de las cargas fiscales que paga Pemex, es "fundamental para preservar la congruencia en el marco macroeconómico y para aspirar a mayores tasas de crecimiento en el futuro", explicó Cartens, agregó.
"La tendencia a la baja que ha registrado la plataforma de producción petrolera y de la debilidad que prevalece en algunos componentes de la demanda interna, se revisan a la baja las previsiones para el crecimiento del PIB de México", dijo Cartens en su reporte.
A pesar de ser un año de cruciales elecciones en el cual se renovará todo el Congreso federal, a medio mandato del presidente Enrique Peña, el gobierno mexicano decidió un recorte masivo al presupuesto de 2015, para evitar un mayor endeudamiento público o un déficit fiscal que impactaría en otros indicadores macroeconómicos.
Uno de los indicadores que México defiende a capa y espada es el control de la inflación, que se mantiene en un rango controlado de 3% en las proyecciones oficiales para 2015, comparado con un 70% que padece el otro gran productor de petróleo latinoamericano, Venezuela.
"No hay necesidad de ajustar la postura de política monetaria" de México, dijo el director de Banco Central, al anunciar que el tipo de cambio flotante mantendrá sus rangos este año.
El presupuesto de Petróleos Mexicanos (Pemex) para 2015 será recortado en unos 4.100 millones de dólares (62.000 millones de pesos) como consecuencia del desplome de los precios internacionales del crudo.
Pemex es la más afectada por el recorte de 8.300 millones de dólares del gasto público federal decidido por el presidente Enrique Peña Nieto.
Los precios de la mezcla mexicana están por debajo de los 79 dólares por barril estimado por el gobierno para 2015, perdieron más de la mitad desde su pico de mediados de 2014 y ahora rondan los 50 dólares.