El dirigente planteó que si la Unión Europea se equivocó con Islandia, "¿por qué deberían tener razón en otros países que también están en crisis?"
Islandia sufrió en apenas dos años la pérdida del 8% de su riqueza y una tasa de paro del 11,9%, muy superior a lo habitual en el país. La economía cambió a partir de 2011, tras la conocida como "revolución islandesa".
Recuperaron el terreno perdido y actualmente la tasa de desempleo oscila entre el 3% y el 4% y está previsto que su Producto Interior Bruto (PIB) crezca un 3,3%.
Para esta recuperación, el país se basó en el turismo, las exportaciones pesqueras y la industria del aluminio.
Sin embargo, su actual presidente atribuye gran parte de ese crecimiento y recuperación a "desoír" los consejos de los organismos internacionales, en particular la Comisión Europea, para que aplicara medidas de austeridad.
Ragnar, que se ha reunido, entre otros, con el rey Felipe VI, evitó dar consejos a Grecia o a países como España, que se encuentran en situación de crisis.
Sin embargo, insistió en "mantener el equilibrio" entre la democracia y los intereses económicos y rechazó que la población "deba sufrir con medidas de duros recortes presupuestarios".
Islandia renegoció su deuda, tras votarlo en un referéndum en el que los islandeses se negaron a pagar los errores de sus bancos, y devaluó su moneda.
El presidente Ólafur Ragnar Grimsson es el primer presidente islandés en visitar oficialmente España en 30 años.
En su visita también destacó que el mercado español "es muy importante" para la economía islandesa, especialmente en el sector de la industria pesquera.