No solo eso, en el momento en el que la espectacular Reina de Bateria, Raissa Oliveira, de 21 años, pasó frente al palco de la comitiva de Guinea Ecuatorial se inclinó en señal de reverencia. Un gesto cargado de simbolismo hacia el mecenas del desfile quien no viajó hasta Brasil por motivos no esclarecidos.
Los 3,5 millones de dólares que el polémico jefe de Estado, que desde hace 35 años controla el minúsculo país de África Occidental, donó a Neija-Flor bien valieron el gesto de agradecimiento. De hecho, de nada sirvieron los esfuerzos del presidente de la escuela 12 veces campeona del carnaval, Farid Abraao, quien, en declaraciones previas al desfile con los medios brasileños, intentó minimizar la aportación del líder guineano.
"Escogimos una temática para hablar de un país africano que hasta el momento no era muy conocido. El régimen no nos compete, Cuba era odiada por el mundo democrático hace poco y ahora está siendo aplaudida", declaró Abraao.
Para el representante de Derechos Humanos de Amnistía Internacional de Brasil, Mauricio Santoro, el desfile de Beija-Flor y su asociación al Gobierno de Obiang sería una "señal de alarma" para el carnaval de Río de Janeiro al permitir el mecenazgo de un "un dictador que expropia los recursos naturales de su país", en referencia al petróleo que convierte a Guinea Ecuatorial en "un país rico con una población extremadamente pobre".
Y es que, a pesar de las explicaciones del presidente de la escuela de samba, las conexiones del desfile con el régimen de Obiang resultaron ayer innegables.
En el Sambódromo el embajador de Guinea Ecuatorial en Brasil, Beningno-Pedro Tang, desfiló en la última de las carrozas de la escuela Beija-Flor mientras que, el heredero y actual vicepresidente, Teodorín Nguema Obiang Mangue, asistió al desfile desde un camarote privado alejado de las miradas ajenas de los periodistas.
En este sentido, el embajador Tang, el representante del régimen en el país, intentó relativizar sobre las contribuciones de su país al desfile al afirmar que "fueron financiadores culturales particulares" y que la "cantidad publicada es excesiva",
Una vez finalizó el espectáculo de samba, el presidente de Beija-Flor volvió a la carga y arremetió contra la prensa que cubrió el desfile más polémico que se recuerda en Brasil desde la victoria de la escuela Vila Isabel con el homenaje al libertador Simón Bolívar a cargo de la petrolera venezolana PDVSA, un encargo personal del comandante Hugo Chávez, en 2006.
"Con tantas cosas para hablar, la prensa solo quiere meterse con una escuela de samba honesta, de gente humilde y sacar provecho. Es repugnante", criticó Abraao cansado de las especulaciones de las últimas semanas.
En declaraciones a Sputnik Nóvosti, el gobernador del Estado de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezao, único representante oficial que permaneció en el desfile de Beija-Flor, aclaró que "no se puede tener esos prejuicios contra un país que representa los orígenes africanos de Brasil y en especial ciudades marcadas por la esclavitud como Río de Janeiro o Salvador de Bahía".
Además, Pezao quien al igual que el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, pertenece al Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB) recordó que ya "existieron otros homenajes a dictaduras en el Sambódromo", en una clara referencia a los desfiles que entre 1973-75 homenajearon al régimen militar brasileño.
Este miércoles a las 15:00 (horario de Brasilia) los jueces del carnaval de Río de Janeiro anunciarán el esperado veredicto que su ojo clínico extrajo durante los desfiles, a pesar de que tanto Beija-Flor como Portela parecían ser los claros vencedores de la edición de 2015, fallos técnicos durante su desfile han decantado la balanza a favor de la vigente campeona "Unidos da Tijuca".
La eventual victoria de Beija-Flor, gracias al mecenazgo de Obiang, acabaría por hundir la imagen de un carnaval cuyos increíbles costes comienzan a generar profunda preocupación sobre la opaca financiación de las escuelas de samba.
