"La amenaza principal consiste en que la disposición de cumplir lo acordado en Minsk es muy limitada", dijo.
Agregó que no ve la diferencia entre el reciente acuerdo y los que fueron firmados en Minsk el año pasado.
"Creo que en este caso se han alcanzado compromisos más concretos", dijo al explicar que se refiere en particular a la mención de fechas concretas y al hecho de que los líderes de Alemania, Francia, Rusia y Ucrania se comprometieron a crear un mecanismo cuatripartito para controlar la implementación del acuerdo.
Sería horrible si la reunión en Minsk hubiese concluido sin resultados, subrayó.
"Un destello de esperanza es una opinión muy cauta y la comparto", comentó al referirse al comentario de Angela Merkel sobre la cumbre de Minsk.
Las autoridades de Kiev iniciaron en abril del año pasado una operación militar contra los independentistas del este del país que se negaron a reconocer el cambio de poder que tuvo lugar en febrero pasado.
Según los últimos datos de la ONU, más de 5.400 civiles han perdido la vida en el conflicto y unos 12.900 resultaron heridos.
El septiembre pasado, Kiev y las milicias de Donbás pactaron un alto el fuego y dos semanas más tarde, firmaron en Minsk, en una reunión del Grupo de Contacto para Ucrania, un memorando de nueve puntos para garantizar el cumplimiento del armisticio.
El alto el fuego firmado nunca se hizo sostenible, ambas partes se acusaron de violar la tregua y en enero las hostilidades reiniciaron a gran escala.
El 12 de febrero los líderes de Alemania, Francia, Rusia y Ucrania se reunieron en Minsk para buscar una solución al duradero conflicto ucraniano.
La cumbre aprobó un abanico de medidas que el Grupo de Contacto para Ucrania trazó para garantizar la implementación de los acuerdos de Minsk, en particular, el cese el fuego que entrará en vigor partir de las 00.00 horas del 15 de febrero, la retirada de armas pesadas y el canje de prisioneros.