"Se requiere de mucho compromiso de todas las partes y de la comunidad internacional para que las promesas (hechas en Minsk) no se queden en el papel", dijo a Sputnik el exembajador.
Beyrle subrayó que el solo hecho de la adopción del acuerdo de paz es algo "positivo", pero hace falta esperar a que empiece a implementarse antes de levantar las sanciones contra Rusia.
Las relaciones entre Moscú y Occidente empeoraron a raíz de la crisis en Ucrania y, en particular, tras la adhesión de Crimea a Rusia en marzo pasado. EEUU y la UE aprobaron varios paquetes de sanciones contra Moscú que afectan tanto a particulares como a empresas concretas y a sectores enteros de la economía rusa.
En respuesta, Rusia embargó por un año algunas importaciones de EEUU, la UE, Australia, Canadá y Noruega.
Una reunión al más alto nivel concluyeron en Minsk la víspera en un acuerdo que prevé un alto el fuego en el este de Ucrania a partir de las 00.00 horas de Kiev del 15 de febrero, la retirada del armamento pesado por los bandos del conflicto en Donbás en el transcurso de dos semanas y una reforma constitucional en Ucrania hasta finales de este año.