"Las diferencias se mantienen tan amplias que las perspectivas de una implementación completa del acuerdo parecen bajas", evalúa el experto de la central londinense del IISS en declaraciones a Sputnik Novosti.
"Es preocupante que ambas partes ni siquiera han podido acordar un punto común a partir del cual han de retirar el armamento pesado", resalta Redman.
De acuerdo con el editor, la efectividad del alto el fuego que debería comenzar este fin de semana quedará en clara evidencia a principios de marzo.
"El control de la tregua requerirá la presencia en el terreno de un mayor número de efectivos del OSCE para asegurar, particularmente, la ausencia de fuerzas armadas extranjeras en Ucrania", explica a esta agencia.
Respecto a las promesas de reforma constitucional en Ucrania, que garantiza ciertos derechos y privilegios a las regiones separatistas, Redman echa en falta importantes aspectos en el texto acordado en la capital bielorrusa.
"No hay ninguna mención a la federalización (de Ucrania) ni al derecho de las regiones a opinar en cuestiones de Estado, particularmente en lo referente a política exterior y de seguridad ucraniana", alerta.
"Esto es una victoria para (Petró) Poroshenko, pero es algo que los separatistas y Rusia querrán sin duda revertir durante las negociaciones sobre el acuerdo político", prevé el especialista del IISS.
Para Redman, la reunión de Minsk ha producido una hoja de ruta hacia un posible entendimiento pero sin salvar las distancias entre unos y otros, lo cual dificultará su implementación.
"Se plantea una cuestión importante: cuando no sea posible progresar en la aplicación de los acuerdos, ¿quedará el proceso en punto muerto o se dará marcha atrás?. En este último escenario las hostilidades podrían reanudarse", alerta el director editorial del reputado instituto.