En junio de 2014, el TCU determinó en 792 millones de dólares el dinero perdido por Petrobras en la compra de la refinería de Pasadena y elaboró una lista de 11 altos directivos de la petrolera, influyendo a Graça Foster, cuyos bienes deberían ser bloqueados durante las investigaciones pertinentes.
Curiosamente, en la lista no apareció ninguno de los nombres de los directivos que formaron el Consejo de Administración de la compañía durante la presidencia de Dilma Rousseff en Petrobras, el mismo que dio su aval en el momento de la polémica compra en 2006.
Comprada en 2005 por la petrolera belga Astra Oil por 42,5 millones de dólares, Petrobras acabó invirtiendo en la transacción la increíble cifra de 1.180 millones de dólares en la compra debido a algunas cláusulas legales que el TCU no se explicó cómo pudieron ser "ignoradas" por el Consejo de Administración de Petrobras.