Dicen los investigadores que el crimen fue precedido por una discusión relativa a un aparcamiento, algo frecuente en el complejo universitario, según afirmaron los testigos.
Deah Shaddy Barakat, Yusor Mohammad y Razan Mohammad Abu-Salha habían sido ejecutados a quemarropa, de un disparo a la cabeza durante la noche del martes. Poco después Hicks se entregaba a la policía, con los que estaría colaborando. El caso ha generado una gran alarma social debido a la confesión religiosa y el origen árabe de las víctimas, así como por unos supuestos comentarios relativos al islam que el presunto asesino habría colgado en su Facebook.
"Estamos investigando las posibles motivaciones del señor Hicks para hacer algo tan absurdo y trágico", ha explicado Chris Blue, jefe de la policía de Chapel Hil, donde se encuentra el campus universitario.
"Comprendemos", añadió, "la preocupación de que estuviera motivado por el odio".