"Creo que David confunde mis sentimientos personales y mi posición política".
David es David Axelrod, uno de sus más próximos consejeros durante años, que en su libro "Beliver: my forty years in politics", publicado esta semana, ha negado que el presidente aceptará el matrimonio homosexual sólo a partir de 2012: en la intimidad, rodeado de amigos y colaboradores, Obama siempre lo había apoyado. No lo dijo antes, explica Axelrod, por "cálculo político".
Dice Axelrod que Obama, a diferencia de otros muchos líderes, "no se metió en política para ser alguien, sino para cambiar las cosas". Sin embargo, insiste, algunas concesiones son inevitables: por culpa de las bodas homosexuales Obama temía perder el apoyo de los muy influyentes, y conservadores, líderes religiosos afroamericanos. Con el tiempo creyó desactivado el peligro y decidió expresarse con mayor rotundidad.
La polémica tiene más interés al haberse producido apenas 48 horas más tarde de que el estado de Alabama haya sido obligado por el Tribunal Supremo a permitir el matrimonio homosexual. Pendiente, claro, de la decisión definitiva que tome el Alto Tribunal, que se espera para finales de abril.
Obama aprovechó para mostrarse convencido de que el Supremo "está a punto de propiciar un cambio", inevitable "dado el volumen de estados (37) que ya lo han reconocido". Y eso que el presidente de la principal corte de Alabama, Roy Moore, reconocido conservador, ha escrito una circular en la que insta a los magistrados de su jurisdicción a la desobediencia.