"El trayecto se produjo según lo esperado y sin ningún incidente", señaló el portavoz de la ESA en España, Javier Ventura, a Sputnik Nóvosti.
Según señala Mariano Sánchez, director de sistemas de vuelo de Elecnor Deimos se trata de un "hito fundamental a nivel global en el desarrollo y experimentación de tecnologías de re-entrada necesarias para futuros vuelos tripulados y robóticos".
La misión duró 100 minutos desde el momento del lanzamiento en la plataforma espacial en Kourou, en la Guayana Francesa, hasta su amerizaje suave en el Océano Pacífico, donde fue recogido por un barco para analizar sus datos.
El vehículo recogió una gran cantidad de información durante su vuelo hipersónico y supersónico, según confirmó la ESA a esta agencia.
"Estos datos permitirán entender mejor la física del vuelo de alta velocidad así como la física de los materiales para alta temperaturas", señala a Sputnik José Longo, Jefe de aerotermodinámica y Sección de Análisis de Propulsión de ESA.
Añade Longo que se trata de "un proyecto pionero a nivel mundial porque es la primera vez que se hace de forma civil, Rusia o Estados Unidos realizaron algunas misiones similares pero siempre en el marco militar y con los datos cerrados".
"Esta será la primera vez que toda la comunidad científica podrá acceder a los datos y al proceso, y será debatido en todo el mundo para mejorar el sistema y ajustar los modelos", señaló el experto a esta agencia.
Sputnik Nóvosti ha seguido la misión en el Centro Europeo de Astronomía Espacial, en Villanueva de la Cañada (ESAC), cerca de Madrid, donde se ha retransmitido en directo toda la operación y se ha celebrado el éxito los buenos resultados.
El vehículo experimentó temperaturas de más de 1.600 grados centígrados y velocidades de hasta 7,5 kilómetros por segundo.
Esta misión tenía por objetivo demostrar, en un vehículo hipersónico con cuerpo sustentador sin alas, tecnologías de re-entrada desde baja órbita que son imprescindibles para futuras misiones.
"Algunas de las futuras misiones tras el éxito de IXV podrían ser el retorno desde la Estación Espacial Internacional, la reparación de satélites averiados, la retirada de satélites en desuso, los vuelos de turismo espacial o la recogida de muestras de otros planetas y cometas", señala Diego Rodríguez, director de Espacio en SENER, una de las empresas que colaboraron en este proyecto.
Esta tecnología de re-entrada es muy importante para la ESA porque se trata de unas tecnologías que no se dominan en Europa.
El proyecto, en el que participaron Italia, Francia, Suiza, España, Bélgica, Irlanda y Portugal, costó 150 millones de euros y el contratista principal fue la italiana Thales Alenia Space.
Sin embargo, tres empresas españolas, SENER, GMV y Elecnor Deimos, tuvieron una gran relevancia en esta misión.
"Fueron 6 años de duro trabajo que se materializan hoy en un vuelo de 100 minutos", señaló Mariano Sánchez.