“Nuestras relaciones con Alemania realmente atraviesan un período muy complejo, yo diría que casi dramático”, señaló el diplomático en entrevista a RIA Novosti.
Las relaciones van marcha atrás –lamentó Grinin–, especialmente en esferas cruciales, tales como –digamos– la política y la economía.
El embajador ruso explicó que durante 11 meses de 2014 el volumen de intercambio de mercancías “descendió en más de 10%”.
“Pero aunque parezca extraño, quien más ha sufrido es la exportación de Alemania a Rusia, con una caída más de 17%, y para fin de año se pronostica que se reduzca hasta el 20%”, acotó.
“En general, también han salido afectados los productores alemanes que vendían sus mercancías en nuestro mercado”, concluyó el diplomático ruso.
Las relaciones de Rusia y Occidente empeoraron a raíz de la crisis en Ucrania y, en particular, tras la adhesión de Crimea a Rusia en marzo pasado, calificada por los países occidentales como ilegal.
EEUU y la UE aprobaron en respuesta varios paquetes de sanciones contra Moscú que afectan tanto a particulares como a empresas y sectores enteros de la economía rusa.
Por su parte, Rusia embargó por un año algunas importaciones alimenticias de EEUU, la UE, Australia, Canadá y Noruega.
En la lista negra figuran lácteos, cárnicos, pescado, mariscos, frutas y verduras.